domingo, 19 de diciembre de 2010

Comprar, tirar, comprar

Si os interesa, podéis ver en este enlace el documental "Comprar, tirar, comprar" que el pasado 16 de diciembre se emitió en TV3 (en enero se verá en TVE), dirigido por la alemana Cosima Dannoritzer y producido por Media 3.14 y Article Z, en coproducción con la televisión autonómica catalana, TVE y Arte France, denuncia una práctica común en la sociedad de consumo desde hace cerca de un siglo: la obsolescencia programada, es decir, el recorte deliberado de la vida de un producto para incrementar su consumo. Es la lucha del negocio contra la tecnología, y la ética contra el capitalismo.

Aprovecharemos también para reproducir aquí el artículo del número de septiembre de 1952 del boletín mensual de la compañía en el que, mientras disfrutaba de las ventas explosivas del modelo F-type Cub, el Sr.Honda expresó sus ideas sobre cómo se supone que deben actuar los ingenieros en un ensayo subtitulado "con la conciencia de un ingeniero".

Con la conciencia de un ingeniero

La gente suele decir: "Es una persona íntegra." Una persona íntegra es una persona justa, correcta, sincera y considerada. Esta descripción se aplica a ciertas profesiones, como maestros de escuela o religiosos.

Sin embargo, para los ingenieros, esta descripción común no es aplicable. No importa cuán sincero y correcto sea, un ingeniero no puede ser llamado persona íntegra a menos que los productos que crea sean excelentes y carentes de defectos.

Un ingeniero que contribuye al mundo mediante la creación de buenos productos es una persona íntegra y muy respetada.

Me gustaría realizar alguna consideración adicional acerca de las personas muy respetadas. Cuando nos adentramos en la frase "muy respetada" desde un punto de vista psicológico, los académicos, generales, ministros y modistas probablemente tendrán la consideración de personas muy respetadas. Profesores con grandes conocimientos, militares con mentalidad estratégica, políticos con gran tacto -que también son muy respetados, sin duda. Sin embargo, creo que el nivel de admiración hacia una persona está determinado por el nivel de su contribución al mundo.

Creo que el valor de la persona está determinado por la calidad y cantidad del trabajo que realiza en su breve lapso de vida. Debo indicar que una persona que fabrica productos de calidad inferior, que pueden averiarse después de un corto tiempo de uso, tiene una personalidad inferior como ingeniero, no importa qué tipo de persona sea en su quehacer cotidiano.

Los automóviles fabricados por una cierta empresa han sufrido problemas de desajustes en los últimos diez años. Ésta es una flagrante falta de conciencia tecnológica. Tengo que decir que representan el caso típico de personalidad rota como ingenieros.

Si advierto una debilidad en uno de nuestros propios productos, o si ésta es señalada por otras personas, de inmediato realizaré las necesarias modificaciones. Sin perder tiempo.

Es por ello que tratamos las indicaciones de nuestros clientes como uno de los bienes más preciados para nuestra empresa. Creo muy en serio que lo que fundamentalmente debe cambiar son los estereotipos de que sólo un moralista o un religioso pueden ser personas íntegras, y que una persona íntegra siempre puede ser un excelente ingeniero.

Me amonesto y aliento a mí mismo diciendo que los ingenieros deben esforzarse por crear productos a bajo precio que contribuyan al mundo a través de la tecnología y son solicitados por las masas y útiles para las masas.

Soichiro Honda, 1952

With an engineer’s conscience

People often say, “That is a person of integrity.” A person of integrity is a person who is fair, conducts themselves well, is sincere, and considerate. This description applies to some professions, such as school teachers or religious officials.

However, for engineers, this common description does not apply. No matter how sincere and how well a person conducts themselves, that person cannot be called a person of integrity as an engineer unless the products the person creates are excellent and lacking any defects.

An engineer who contributes to the world by creating good products is a person of integrity and a highly regarded person.

I would like to consider more about highly regarded people. When we delve into the phrase “highly regarded” from a psychological viewpoint, scholars, generals, ministers and milliners will likely be considered highly regarded people. Professors with great knowledge, military personnel with a strategic mind, politicians with great tact –they also are highly regarded people for sure. However, I believe that the level of admiration for a person is determined by the level of contribution the person makes to the world.

I think that the value of the person is determined by the quality and quantity of work the person accomplished within the limited span of life. I must determine that a person, who makes inferior products which may break down after a short while, has an inferior personality as an engineer, no matter what kind of person they are in everyday life.

Automobiles manufactured by a certain company have had rattling joints for the last ten years. This is a blatant lack of a technological conscience. I have to say that they represent the typical case of broken personality as engineers.

If I notice a weakness in one of our own products, or if a weakness is pointed out by other people, I immediately make modifications. I will not waste any time.

This is why we treat advice from our customers as a treasured asset of our company. I seriously think that we must fundamentally change our stereotypes that only a moralist or a person of religion can be a person of integrity, and that person of integrity always makes an excellent engineer.

I admonish and encourage myself by saying that engineers must strive to create products at low prices that contribute to the world through technology and are wanted by the masses and useful to the masses.

Soichiro Honda, 1952